Muy buenas tardes a todas y todos, es un gusto y un honor estar aquí para celebrar un amigo, una gran referencia para mi, tanto profesional como personalmente: Perfecto Andrés Ibáñez.
Hace un año, en mayo de 2022, yo daba una ponencia en el "Congreso Taruffo Week" que organizó la Universitat de Girona en España y, al final de la actividad, vino a hablarme un asistente que yo no conocía antes: "Hola, tenemos un amigo en común, soy Daniel Pastor" – inmediatamente recordé a Perfecto diciéndome que tenía un amigo argentino que yo tenía que conocer, que nos presentaría y que se llamaba Daniel Pastor.
Daniel entonces me contó la idea de hacer exactamente lo que estamos haciendo hoy, en la Universidad de Buenos Aires, que es celebrar a Perfecto así sea tan tímido para recibir homenajes. Pero creo que le gusta tanto estar con sus amigos que, si ser el centro de las atenciones por un par de días es el precio que tiene que pagar para ello, lo acepta sacrificado.
(Sabemos que no te gusta, pero Perfecto, en este caso, tendrás que dejarnos decir estas palabras, y lo haremos en continuidad delictiva, uno tras el otro, hasta que Luigi Ferrajoli finalice, con la “cereza del pastel”; que dé la “cartada final” como decimos los brasileños).
Como suele pasar con nuestras referencias, conocí a Perfecto mucho antes de que nos conociéramos los dos. Era el año de 2007 y yo cursaba un semestre de pregrado en intercambio en la Universidad Autónoma de Madrid. Entre las asignaturas, estaba una que me habían recomendado bastante: argumentación jurídica, ministrada por el Profesor Juan Carlos Bayón. Era novedosa la forma como él presentaba la argumentación, porque, a diferencia de lo que se solía enseñar en Brasil en ese entonces, Bayón no solo trabajaba sobre la argumentación para construir la premisa normativa, sino que se ocupaba en introducir a los estudiantes una serie de textos que problematizaban la conformación de la premisa fáctica de la decisión judicial. La prueba desde la epistemología jurídica, más allá del recorte dogmático, me ilusionó.
Como pueden imaginar, leer artículos como "Sobre el valor de la inmediación", "Acerca de la motivación de los hechos en la sentencia penal", "La carpintería de la sentencia penal" representó tomar contacto con la mirada crítica y atenta que Perfecto dedica a los desafíos que atraviesan la Justicia criminal: la racionalidad de la determinación de los hechos, la motivación de las decisiones judiciales, la efectividad de la presunción de inocencia, el escepticismo que dedica a la tradicional valoración de la prueba testifical son solo algunos de los temas que Perfecto ha trabajado con profundidad durante su larga trayectoria, apuntando hacia los errores cometidos por los operadores jurídicos – sobre todo, los cometidos por los integrantes del propio Poder Judicial.
Entonces, recuerdo cuando el Prof. Bayón nos contó que los artículos eran de un magistrado del Tribunal Supremo. Y si los textos, de por sí, ya me habían conquistado la atención, saber que el abordaje crítico era en realidad autocrítico me impactó de forma importante. Seguí buscando lo que escribía, con admiración por su compromiso ético y su sensibilidad democrática. Hasta que años después, ya en la etapa final del doctorado, tuve la alegría de coincidir con Perfecto en un congreso en São Paulo.
Era 2018 y la espera por una mesa que acomodara diez comensales me regaló tiempo para que me compartiera como La prueba de los hechos de Taruffo ha sido traducido por Jordi Ferrer y publicada en Trotta, y que le pudiera contar un poco de la tesis, fuente de ansiedad de aquella investigadora en formación. En todos los años que se siguieron a 2018, además de los textos a través de los cuales tanto nos provoca a pensar pasé a contar con un amigo presente en las decisiones más importantes que tomé, como irme a Chile, como volver a Brasil. Es cierto que no siempre está de acuerdo con lo que decido, pero siempre me ofrece sus consejos; siempre me indica por donde hay que tener precauciones, siempre amplia mi mirada para donde pueda no ver.
Quisiera finalizar mi intervención destacando exactamente este rasgo definitorio del homenajeado: Perfecto nos amplia la mirada donde antes no podíamos ver. Es lo que hace con sus consejos; es lo que hace también con las traducciones. Dedica su tiempo a facilitar el contacto del mundo iberoamericano con lo escrito por grandes autores italianos. Calamandrei, Iacoviello, Murena, y claro, Ferrajoli – aquí presente –, son algunos ejemplos. Su aprecio por traducir refleja el genuino compromiso con la mayor difusión posible, es más; con la mejor difusión posible. Tanto es así que, si llegamos a conocer la obra de Ferrajoli a través de publicaciones tan bien cuidadas, esto se debe a Perfecto. Ante justas preocupaciones de las editoriales – que es cierto, tienen que sobrevivir a los nuevos tiempos – Perfecto siempre estuvo listo a convencerles del valor de lo que tenían en manos. Ese compromiso altruista con la empresa del conocimiento – que se expresa en la felicidad que tiene al recibir cada nueva prueba de traducción – merece también nuestros sinceros agradecimientos.
Por ello, como investigadora, te agradezco por los textos, por los análisis acurados, por las traducciones. Como amiga, te agradezco por el privilegio de contar con tus consejos, con tu complicidad y sencillez.
Muchas gracias por todo, Perfecto.
Parafraseando el título de uno de sus últimos libros, seguimos todos en la buena compañía de Perfecto Andrés Ibáñez. Qué gran suerte, tenemos.
Obs: divido com o leitor, a homenagem que rendi a Perfecto Andrés Ibáñez na última terça-feira, em cerimônia organizada pela Universidad de Buenos Aires. Além de magistrado emérito do Tribunal Supremo de España, Perfecto dedicou sua vida à difusão da Epistemologia jurídica na cultura ibero-americana, ao lado de grandes nomes, como Luigi Ferrajoli, Michele Taruffo, Jordi Ferrer Beltrán, Marina Gascón, entre outros.